martes, 13 de abril de 2010

Para todos los que creen que la República. En estos tiempos en los que el fascismo se confabula contra los asesinados por la dictadura. Para aquellos "que cayeron gritando libertad". ¡Feliz 14 de abril!

domingo, 4 de abril de 2010

MONÓLOGO DE PENÉLOPE.

Es Ithaca mi patria y mi morada
la cárcel que hoy encierra
mis quebradizos sueños.
Los años transcurrieron como el viento
no hay mortajas que tejer,
labores huecas
con las que engañar al tiempo
y a los dioses.
Ulises regresó
De guerra ajena
indemne y vencedor,
un dios de carne.
Con el llegó la suave calma
que envuelve el lento transcurrir
de mi existencia
y esta paz de pergamino antiguo,
de barro ciego
que me inunda los ojos y la vida.
Apenas reconozco en este anciano
al amante de tóraz de antracita
que mi lengua golosa acariciaba.
Este anciano que se duerme
mientras narra la misma historia
de hostiles vientos
que enredaban las velas y los rumbos
de iracundos dioses
y de una ninfa de mágicos poderes
¬-siempre creí que fue una prostituta-
¿Quién si no yace
con el hombre que a otra pertenece?
La vieja historia, repetida siempre
que escuchan por respeto
los pacientes hijos de Telémaco.
¡Oh mi amado Odiseo
que lejos está la noche en que llegaste
vestido de mendigo
hasta mis brazos!
Sólo me queda
izar las velas de una barca
navegar hasta el país de los lotófagos
cortar las blancas flores del nelumbo
Comer su dulce carne
Mientras aguardo
Que el tiempo se derrumbe en mi memoria.

martes, 2 de marzo de 2010

FIESTA 2

2ª Parte de una fiesta maravillosa.
Una fiesta para todas las edades. "De película"

lunes, 15 de febrero de 2010

GATOS Y GATITOS

POEMA

Me gusta pensar que apenas nada existe
salvo el trozo de vida que contienen
las cuatro paredes de este cuarto.
Quisiera creer que todo es esto,
momentos detenidos un instante
ajenos al fragor del tiempo que transcurre.
Disfrutar la dulce placidez con que dormita
en su ignorancia animal, la gata persa.
Me gusta pensar que vida es esto:
una luz suave que sombras no proyecta,
la música de Bach, un libro entre las manos
y el mar antiguo, el mar amado de la infancia
que más abajo resplandece henchido por una luz de siglos
por una luz prístina y primigenia.
Me gusta pensar que sólo queda
esta dulce laxitud de los sentidos,
esta atmósfera apacible que transmiten
los humildes objetos cotidianos.
Me gusta pensar que esto es todo,
y desterradas aquellas inútiles luchas,
aquellas espurias apetencias,
abandonarme a la secreta esperanza de los días.